Marta Yolanda Díaz Durán y Jorge Jacobs analizaron cómo las políticas migratorias en Estados Unidos están impactando la producción económica, especialmente en sectores como agricultura, construcción y hotelería. Las restricciones impuestas por la administración de Donald Trump han reducido drásticamente el flujo migratorio, lo que ha provocado escasez de mano de obra en industrias que dependen de trabajadores migrantes.

Miguel Castillo indicó que esta escasez ha generado mayores costos de producción y ha disminuido la competitividad del mercado estadounidense. A pesar de la necesidad reconocida de trabajadores migrantes, las acciones del gobierno han sido contradictorias, como los operativos de deportación sin órdenes judiciales en granjas durante épocas clave de cosecha. Además, el presupuesto migratorio ha aumentado de forma drástica, destinando miles de millones a muros y centros de detención, lo que suma presiones al déficit nacional.

Paralelamente, la economía guatemalteca también se ha visto afectada, ya que los bloqueos locales han generado pérdidas millonarias diarias y han obstaculizado la distribución de productos. El debate también abordó cómo las políticas de licitación restringen la competencia, beneficiando a ciertos proveedores, y cómo estas prácticas reflejan una gestión pública ineficiente.

Se concluyó que las políticas migratorias actuales no solo están afectando el mercado laboral y productivo en EE. UU., sino que también tienen efectos colaterales en economías como la guatemalteca.